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El zuliano Luis Aparicio Montiel abrió muchas puertas en el mundo del béisbol. Fotos: Cortesía Cárdenas Sports Media. |
Era el martes 17 de abril de 1956. Se medían en el viejo Comiskey Park de Chicago los Indios de Cleveland y los Medias Blancas de Chicago. Dicha jornada sirvió para que se iniciara una carrera de 18 temporadas, que aderezada por varias marcas terminó en el Salón de la Fama de Cooperstown. 10 días habían transcurrido desde que Luis Ernesto Aparicio Montiel sabía que sería el torpedero titular del conjunto de la ciudad de los vientos y él se unía a apenas otros dos venezolanos que para entonces hacían vida en las Grandes Ligas, Alfonso “Chico” Carrasquel y Ramón Monzant.
“¿60 años? ¡Me estoy poniendo viejo! (Risas). Aún lo recuerdo como si fuera ayer. Aquí en mi casa tengo aún fotos de ese día”, contó Aparicio acerca de su debut a través de su equipo de prensa, “Allí estuvo conmigo Alfonso Carrasquel, quien era todo un personaje. Alfonso me aconsejó mucho. Él fue mi ídolo. Yo no creía que iba a jugar en su lugar hasta que lo vi en los periódicos de Chicago”.
Aparicio alineó para ese Opening Day (Día de Apertura) como campocorto y octavo bate. En sus primeros dos turnos del juego el lanzador Bob Lemon, miembro del Salón de la Fama, consiguió dominar al venezolano con elevados a los jardines. No fue hasta su tercer turno, último del encuentro, en el que disparó un sencillo al jardín derecho para sacar el primero de sus 2.667 hits en las Mayores.
“(El primer incogible) Se lo di a Bob Lemon. Él era un pitcher que tiraba muy buena curva. Tiraba de todo, y era como todos los pitchers de antes, que no andaban con tonterías”, recordó el marabino, “Si les hacías buenos swings te la tiraban por la cabeza para intimidarte. Yo me salvé en mi último turno, porque le pude dar el hit”.
La primera intervención a la defensiva del nueve veces ganador del premio al Guante de Oro como campocorto llegó en el sexto inning. El bateador Gene Woodling sacó un rolling al segunda base y Aparicio se encargó de asistir en la segunda base para hacer retirar a Lemon que venía desde la primera base.
La trayectoria de Don Luis estuvo llena de éxitos desde su primer año en la Gran Carpa. Al finalizar la temporada de 1956, Aparicio se llevó el premio como Novato del Año de la Liga Americana al conseguir 22 votos al primer lugar de 24 posibles. Esa distinción se la ganó al batear para .266 con tres jonrones, 56 carreras remolcadas y consiguiendo su primer liderato de bases robadas con 21.
Para la zafra de 1958, el zuliano se alzó con su primer premio al Guante de Oro como campocorto y recibió la primera de sus 10 convocatorias para un Juego de Estrellas. Aparicio ganaría ocho guantes dorados más, lo que lo llevó a tener el honor de retirarse como el defensor de la posición seis a la defensiva con más premios de ese tipo en la historia de las Grandes Ligas (9), aunque luego sería superado por Ozzie Smith (13).
El 28 de septiembre de 1973 con el uniforme de los Medias Rojas de Boston frente a los Cerveceros de Milwaukee fue el último juego del legendario jugador número 11. Su gran carrera recibió el máximo reconocimiento en Grandes Ligas el 12 de agosto de 1984, cuando fue exaltado al Salón de la Fama con 84.62 % de los votos (341), siendo el único venezolano hasta el momento en ser incluido en el salón de los inmortales.
JIMDAVIS SPORTS / @jimdavis75
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